La Pelotita...
A la PELOTITA, la PELOTITA, que Perón esta cerquita ...esa era una de las consignas que coreaba la militancia peronista aquella mañana lluviosa el del 17 de noviembre de 1972, mientras desde todos los puntos cardinales de la Patria se desplazaba hacia el aeropuerto de Ezeiza una marea humana incontenible en su entusiasmo y pasión, sabiendo que en su paso se interponían los tanques y los fusiles de las fuerzas represivas de la dictadura cívico militar que querían impedir a cualquier precio que el Pueblo Peronista se reencontrara con su Líder.
Porque a Perón le dio el cuero y, la militancia de aquel glorioso día, con su actitud le dio sentido y contenido a esa frase del dictador Lanusse. Militantes con los pies embarrados, empapados y tiritando de frio poniéndole el pecho a las balas y los gases de la represión policial del régimen.
Hombres y mujeres, jóvenes y viejos movidos sólo por esa fuerza que es capaz de mover montañas, el amor.
Militantes con un claro sentido del deber y con un claro entendimiento de lo que significa la palabra militante. Esa palabra que los hace augustos guerreros de la causa de la Patria, la única posible, la única por la que vale la pena luchar, la Patria Justa, Libre y Soberana, la de Perón y Evita.
Porque militante es aquel que siente en su piel el dolor ajeno, el que se subleva ante la injusticia, el que arriesga su vida y su libertad en defensa de la dignidad que nos merecemos como seres humanos, y lo hacen en todo momento; en sus barrios, en sus lugares de trabajo, en sus lugares de estudio o de esparcimiento, porque la militancia no tiene horario ni salario que la compense, y el verdadero militante lo sabe, y no le importa.
Ser militante Peronista es un estilo de vida, simple, práctico, austero, solidario, porque la vida militante es una lucha constante contra las adversidades y la ambiciones de los otros, los explotadores del Pueblo Trabajador. La vida del militante es lucha, la vida del militante Peronista tiene un solo objetivo político, la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación, porque ese es el objetivo de la Revolución Peronista.
Y esas premisas no se alcanzan desde la comodidad de un despacho o frente a la pantalla de una computadora -los ciber militantes, algo así como el alfajor de pollo...no existen-. El militante Peronista ofrenda su vida sin pedir nada a cambio y desprecia a todos aquellos que creen que la militancia es un trabajo remunerado en un organismo estatal.
Fusilados, torturados, privados de su libertad, desaparecidos, exiliados, cesanteados, privados de sus más básicos derechos civiles, ese es el costo que tiene que estar dispuesto a pagar un militante, porque ese es el costo que pagaron los que nos precedieron en esta lucha por la Liberación Nacional. Por levantar bien alto las banderas de Perón y Evita.
Me viene a la mente para concluir, los versos que escribiera Pepe Guerra en la Milonga del Fusilado. "....Y SEPAN QUE SOLO MUERO, SI USTEDES VAN AFLOJANDO, PORQUE EL QUE MURIÓ PELEANDO, VIVE EN CADA COMPAÑERO...."
Ricardo Blanco